Casi 50.000 personas salieron a la calle este sábado en Moscú para pedir «elecciones libres«, en la mayor movilización en Rusia tras la emergencia de este movimiento contra la exclusión de candidatos independientes en las elecciones locales de septiembre.
Unas 49.900 personas protestaron en la capital rusa, según la ONG Contador Blanco, especializada en el recuento de manifestantes. Pero, según la policía de Moscú, a la manifestación acudieron 20.000 personas.
En la anterior manifestación autorizada por las autoridades, el 20 de julio, Contador Blanco contabilizó 20.000 personas.
La movilización crece en Moscú en el cuarto fin de semana consecutivo de protestas, a pesar de la dura respuesta de las autoridades y la ausencia de la mayoría de los líderes de la oposición, prácticamente todos ellos encarcelados.
La convocatoria, muy controlada, empezó bajo la lluvia a las 14:00 (11:00 GMT) y no podía durar más que dos horas. Al final, quedó limitada a la avenida Sájarov, cerca del centro de la capital rusa.
Los manifestantes llevaban pancartas en las que exigían «Dennos el derecho a voto» o «Nos mintieron«, mientras que otros ondeaban banderas rusas y mostraban fotografías de activistas detenidos en las anteriores manifestaciones.
«Me indigna esta injusticia en todos los niveles. No dejan que se presenten candidatos que reunieron el número de firmas necesario. Detuvieron a gente por manifestarse pacíficamente», aseguró a la AFP Irina Dargolts, una ingeniera de 60 años.
Las dos anteriores manifestaciones, prohibidas, se saldaron con 1.400 y 1.000 detenidos respectivamente, muestra del endurecimiento de la represión frente a la contestación.
Esta mano dura también se ve reflejada en los numerosos registros contra opositores o simples manifestantes, la apertura de una investigación por «blanqueamiento» a la organización del líder opositor Alexéi Navalni, y las cortas penas de prisión a las que fueron condenados casi todos sus aliados políticos.
Artistas movilizados
Entre los líderes de la oposición liberal, la única que se libró de la detención fue la joven abogada Liubov Sobol, aún en libertad debido a que tiene un hijo pequeño.
«No puedo acudir a la manifestación. Pero sabéis qué hacer sin mí. Estoy orgullosa de todos aquellos que salieron a la calle», afirmó en su cuenta de Twitter.
Aunque la oposición está diezmada, varias personalidades, alejadas de la política, participaron en la concentración, como Oxxxymoron, uno de los raperos más famosos de Rusia, que se manifestó con una camiseta en apoyo a Egor Jukov, un estudiante encarcelado.
Artistas famosos como el grupo de electrónica IC3PEAK, cuyos conciertos fueron prohibidos varias veces en los últimos meses, actuaron en un escenario. A las 16:00 (13:00 GMT), poco antes de que terminara la marcha, la policía pidió a los organizadores que empezaran a evacuar el lugar.
Otras manifestaciones estaban previstas en varias ciudades de Rusia, como en San Petersburgo en la que hubo 39 arrestos o en Rostov del Don, donde detuvieron a seis personas, según la ONG OVD-Info, que también informó de seis detenciones en Moscú.
La movilización comenzó después de que se rechazaran unas 60 candidaturas independientes para las elecciones locales del 8 de septiembre, que se anuncian difíciles para los candidatos que apoyan al poder en un contexto de malestar social.
«Amordazarnos»
Con el correr de los días parece afirmarse la línea dura elegida por el poder para hacer frente a este movimiento inesperado de contestación, inédito desde que Vladimir Putinregresó al Kremlin, en 2012.
La fiscalía solicitó esta semana que se retiren los derechos parentales a una pareja que se manifestó con su bebé, y amenazó con una medida similar a los padres que se planteen hacer lo mismo.
Las acusaciones por «disturbios masivos» tras la manifestación del 27 de julio se multiplican: 12 personas detenidas por este motivo se arriesgan a penas de hasta 15 años de prisión